En el día de San Juan los malagueños acuden a las playas de la ciudad ataviados con toallas, sombrillas, neveras de playa… Se comen espetos de sardinas, se hacen barbacoas, se bebe y se celebra la llegada del verano. La fiesta se alarga hasta bien entrada la mañana, y muchos son los que pernoctan en las playas.
Música, conciertos, espetos de sardinas, bailes y gente con ganas de pasarlo bien. Grandes grupos de amigos y familias se reúnen y esperan a las 12 de la noche junto a la orilla del mar, mientras preparan las hogueras de San Juan. Es entonces cuando se queman los famosos Júas.
Cuando las llamas alcanzan una altura razonable, los jóvenes malagueños compiten haciendo piruetas y saltando a través de las llamas.
Otra de las tradiciones cuenta que, si te lavas la cara con el agua del mar al llegar la medianoche, conservarás la belleza eterna.
Sea como fuere, la Noche de San Juan se ha convertido en una festividad con gran arraigo entre los habitantes de Málaga.
Estos se reúnen cada año para pernoctar del 23 al 24 de junio en las playas de la ciudad, en la que es la noche más corta del año.